jueves, 17 de septiembre de 2009

Las comparaciones son odiosas

Hay que ver la seriedad, el rigor, el decoro y el respeto institucional que se gastan en el Congreso de los Estados Unidos. Hace unos días Obama pronunciaba un discurso defendiendo su reforma sanitaria. En un momento dado, un senador opositor interrumpió el discurso de Obama gritándole "¡MIENTES!"



Inmediatamente su conducta fue unánimemente afeada por políticos, medios y opinión pública, incluso por destacados miembros de su propio partido, y él mismo presentó también sus disculpas por comportamiento inapropiado. Finalmente el propio Congreso americano aprobó una resolución reprobando esa actitud. Vamos, que allí el respeto por las formas, las normas y la cortesía parlamentaria se lo toman realmente en serio, como corresponde a esas instancias.

Comparemos ahora este caso con la seriedad, el rigor, el decoro y el respeto institucional que se gastan en los parlamentos de otras latitudes:

 
Dejen a nuestros ancianos tranquilos
19A-lomojó