Spain, zero points
Hoy voy a apartarme de mi tónica habitual para tocar temas frívolos, horteras e intrascendentes de los que nunca hablaría un sesudo analista político como el que aspiro a ser de mayor. Porque de vez en cuando hay que descansar de tanto 11-M, tanto Rajoy y tanta Batasuna de mis cojones, y relajarse con amenos pasatiempos como las charlas de marujeo. No, no me refiero a la Pantoja. Voy a hablar del Festival de Eurovisión.
Este fin de semana he ido a mi pueblo, aprovechando para realizar varias visitas a familiares y amigos, acudir a un funeral y ver cómo pintaba por allá la campaña electoral (nunca he votado allí, ni me interesa, porque estar censado en la capital es mi seguro para que no me vengan mis vecinos del pueblo a pedir el voto para éste o para el otro; en los pueblos pequeños, con sus mil y una mezquindades, meterse en política te trae más disgustos que otra cosa, y prefiero seguir llevándome bien con todo el mundo). El caso es que al volver a casa cerca de medianoche y con el comienzo de una fuerte lluvia, puse la tele, por rutina, para ver qué había, y tras zapear un poco, acabé en la Primera: allí estaban con una tertulia post-Festival de Eurovisión, presentada por Carolina Ferre, con David Civera, José María Iñigo, Mariano Mariano, Gisela, Alfredo Amestoy, Mikel Herzog, Teté Delgado... (zapeé a la TVG: allí estaba Teté presentando "Son de Estrelas", nuestro "Operación Triunfo" autonómico; volví a TVE-1: allí seguía Teté hablando de Eurovisión; Tetés por todas partes). Y en esa tertulia me quedé enganchado.
No había visto el festival, pero me puse pronto al corriente: España se acababa de cubrir de gloria por enésima vez con un puesto 20 de 24. La tertulia iba de excusas y búsqueda de culpables (externos, por supuesto): una vez más, la malvada conspiración masónico-bolchevique de los países del Este había dominado el festival. Los mensajes por SMS del público eran lo mejor: "Esto es una vergüenza, hay que salirse de Eurovisión"; "Habría que hacer un festival sólo para países del Este y otro para los demás"; "Es una injusticia, D'Nash (representantes españoles) eran los mejores"; "España no debería participar el próximo año, ya está bien"...
Yo ni sabía que ese día era el festival ni había oído siquiera la canción española... pero me enganché al debate. Los contertulios iban tirando del catálogo de excusas habitual: "es que la gente vota más por afinidades entre países que por la canción", "es que se fijan mucho en la puesta en escena", "es que como vota el público no tienen criterios profesionales para valorar las canciones"... vamos, lo que en fútbol equivale a "es que el fútbol es así", "jugamos como nunca y perdimos como siempre", "no hay rival pequeño", "el mal estado del campo nos ha perjudicado"... como siempre, echando la culpa al empedrado. Este año, en cambio, vi dos nuevas excusas para el catálogo: una era el poder del "lobby gay", que en este comienzo del siglo XXI viene a ser lo que la masonería o el judaísmo internacional a principios del siglo XX. Otra era lo de los jurados. Vayamos por partes.
Pusieron resúmenes de las actuaciones de los países que habían ocupado las primeras posiciones: la primera, la ganadora del festival, Serbia, con una cantante solista que hizo una puesta en escena muy sencilla y cantó en serbio (es decir, que las excusas "es que se valora más la puesta en escena que la canción" y "es que las canciones en inglés tienen más éxito" quedaron desactivadas). La cantante serbia, a la que le vi un parecido razonable con Isabel Coixet (la excusa "es que la cantante era una tía buena" tampoco valía - con todos mis respetos), es lesbiana reconocida (pero no de esas lesbianas de peli porno o de marketing tipo Tatu, sino lesbiana de verdad). Esto dio pie a que se hablara de la influencia del "lobby gay", de que Mariano Mariano sacara a colación el debate de "si era lícito utilizar la condición sexual para conseguir apoyo" y a que, creo que fue Iñigo, hablara de que muchos "eurofans" son gays; también hubo algún mensaje de un espectador un pelín grosero como "pues tenemos que mandar a Falete". Me hizo gracia que saliera esa magufada reaccionaria de "los gays nos oprimen", porque pensaba que, con ZP, TVE era un nido de rojos. Es que verán ustedes, esto de la condición sexual es un arma de dos filos: sí, es posible que un homosexual aproveche su condición sexual para promocionarse; pero también es posible que un homosexual consiga el éxito por méritos propios y luego le quieran desacreditar diciendo que "se ha aprovechado de su condición sexual para promocionarse", siendo falso. Creo que estamos en el segundo caso, pues no me consta que la cantante serbia dijera "soy lesbiana, vótenme". Ay, qué mal perder tenemos...
En el segundo puesto quedó Ucrania, con un grupo definido acertadamente por Iñigo como "una mezcla de la Orquesta Mondragón y Puturrú de Fuá" (oye, Iñigo, no tendrás nada contra la Orquesta Mondragón, ¿verdad?): canción pegadiza con aire surrealista, puesta en escena extravagante... y de nuevo el "lobby gay" manejando los hilos desde las sombras, seguro. En ocasiones veo gays... Aquí salió otro clásico del "Manual de Excusas por perder Eurovisión": el plagio. A Gisela le pareció advertir en algunos compases de la canción ucraniana un plagio de parte de "Hung Up" de Madonna (la parte de "Time goes by... so slowly, time goes by... so slowly..."). Po fueno, po fale, po malegro: que los denuncie a la $GA€.
Otra novedad del catálogo de excusas fue el voto popular: los tertulianos comentaban que desde que las votaciones las hace en cada país el público, por SMS o llamada telefónica, esto es un sindiós. La gente no tiene criterio, no sabe de música, y votan por los motivos más peregrinos: porque el país le cae más simpático, por afinidades políticas, porque la cantante está buena, porque hacen una actuación extravagante, por el vestuario... este pretexto halló excelente acogida entre el público cabreado, que pronto inundó la pantalla con mensajes SMS del tipo "Jurados profesionales ya!", "La gente no tiene ni idea, tienen que ser especialistas los que den los puntos" y otras sesudas disquisiciones por el estilo. Yo les pediría que hicieran un poco de memoria y recordaran que no hace muchos años eran precisamente jurados profesionales los que daban los puntos... y España tampoco se comía una rosca: de hecho, ya entonces se acusaba a esos jurados de votar sin criterio, de votar por afinidades políticas entre países, de estar comprados... es decir, lo mismo de lo que se acusa al voto popular ahora. Ay, qué mal perder tenemos...
En fin, que fueron pasando resúmenes de actuaciones de otros países, algunas mejores, otras peores... y comentarios sobre la tremenda injusticia que se había hecho con España: D'Nash eran los más mejores, es que esa gente vota sin tener ni puta idea... conectaron con los D'Nash, dolidos y cabreados, les dieron ánimos... sólo en un momento Mariano Mariano hizo un esbozo de autocrítica: "Bueno, nuestra canción no era buena, buena no era". Y Carolina Ferre dio algunos datos: "Este año ni siquiera Andorra nos ha dado ni un punto, cero points".
Y mientras veo eso en el debate pienso: "debía ser muy mala de Nuestro Señor..." Hombre: porque lo de la conspiración del Este, los amiguismos y el lobby gay valen para justificar que, en vez de quedar primeros, pues quedemos octavos, novenos ó décimos. Pero con un puesto 20 de 24... alomojó resulta que de verdad la canción era una mierda pinshá'n un palo. Y esto pensaba yo cuando por fin ponen el vídeo de D'Nash. Efectivamente, un truño de canción (dicho sea desde el respeto y el cariño). Más o menos venía a ser aquel espantoso "Europe's living a celebration" de Rosa d'Ejpaña, pero interpretado por una especie de Backstreet Boys cañís. "I love you mi vida" era el título en spanglish de este tema que mezcla castellano e inglés de la manera más hortera, y que como gran novedad (que al parecer nadie tuvo en cuenta a la hora de repartir points) incluía lenguaje de signos para sordomudos como parte de la coreografía del estribillo (no quisiera ofender a nadie, pero, ¿a cuántos sordos les interesa un festival de la canción?). En fin, un desastre.
Y seguían apareciendo mensajes SMS, con la excusa oficial del año: "El voto de los espectadores no es justo, tienen que votar jurados especialistas, TVE debería quejarse a la UER". Y aquí se me ocurrió una maldad: ¿quién elegió al grupo y la canción, un jurado profesional o los votos del público? Pues eso, que como juzguéis seréis juzgados, y que no es coherente escoger nuestro participante por votación popular (como se ha hecho aquí, salvo alguna excepción puntual, desde Rosa d'Ejpaña) y luego exigir un jurado de expertos en la competición. ¿O es que los espectadores españoles sí votan con criterio? ¿Por qué, por españoles?
Este Festival de Eurovisión me recordó a aquél al que acudió Rosa d'Ejpaña. En aquella ocasión vi con interés los últimos programas de Operación Triunfo donde se proclamó ganadora (aunque no había visto todo lo anterior - es que yo soy más de "Gran Hermano" :-P) y el festival, pues aquello era el fenómeno sociológico del año. Tras ver la canción de España, aquel horroroso "Europe's living a celebration", le aposté a mi hermana que quedaríamos en el puesto 10 o peor. Y perdí, porque acabamos en un séptimo puesto como para darnos con un canto en los dientes.
Sin embargo la reacción de la piel de toro a esta derrota fue espectacular, y nunca he sentido una vergüenza ajena tan horrorosamente divertida como la que sentí aquella noche: mensajes del tipo "Hay que salirse de Eurovisión", "Esto ha sido un tongo", "Los ingleses y los del Este han conspirado contra nosotros", "No deberíamos volver más", "Rosa era objetivamente la mejor, nos han robado el festival" complementaron desde el teletexto de TVE a aquel apoteósico "que les den por culo a todos" lanzado desde un balcón a las masas por una cabreadísima Nuria Fergó (aquella preciosidad malagueña que mereció un mejor puesto en el concurso, y que nunca se quitaba esos espantosos pañuelos de la cabeza). Ná, que lo que hay que hacer es salirse de Eurovisión y crear un festival alternativo donde sólo participe España, a ver si así... Y es que la gente estaba ofuscada, hoygan: a ver quién era el guapo que le explicaba entonces (y ahora) a los encolerizados fans que:
1º: La canción era una puta mierda;
2º: Aunque Rosa (o quien sea) sea adorada aquí, allende las fronteras no la conocía ni Dios, y mucho menos conocían su historia de "patito feo" que tanta popularidad le dio para ganar OT (sigo creyendo que, objetivamente, debería haber ganado Chenoa - sin querer quitar méritos, que los tiene y muchos, a Rosa); y
3º: El que haya votado alguna vez en Eurovisión siguiendo criterios objetivos de calidad musical, que tire la primera piedra.
En fin, que para no seguir alargando esto (porque estoy empezando a desvariar), voy a ir sacando una conclusión. Si es que hay conclusión para sacar, claro. Digamos, por decir algo, que me dan bastante vergüenza ajena (y al mismo tiempo me divierten un güebo, perversiones mías...) estas exaltaciones chauvinistas en las que se convierte cada Festival de Eurovisión que palmamos (el día que ganemos va a ser la rehostia). Y también me la da (y bastante más) la tontería de los españoles en pretender medir lo bueno que es nuestro país por horteradas como los Festivales de Eurovisión o los Campeonatos de Fútbol que ganamos: me acuerdo de un chiste genial que leí hace tiempo en "El Jueves", sobre patriotas y patriotismo: un orgulloso y patriota ejpañol decía: "Sí, Grecia: mucho arte, mucho filósofo, mucha historia... ¡pero CINCO goles les clavamos, jua, jua, jua!". Esa obsesión por ganar esa chorrada de Eurovisión, junto con el "¡Gibraltar español!", son los dos tópicos más absurdos del patriotismo paleto ejpañol. Pero de esas cosas ya hablaremos en serio otro día. Ahora divirtámonos con el festival:
♪ Yurops living'e selebreishon ♪♫, tooodos juntos, vamos a cantar ♫...
2 comentarios:
Lo de "cinco goles les metimos" iba por Suecia ;). Es lo que pasa: cuando un país no tiene nada de lo que estar verdaderamente orgulloso, tiene que recurrir a "orgullos de segunda", deportes y mierdas como ésta. Y claro, cuando no ganan ni eso, normal que se cabreen.
Este país lo único bueno que tiene es el clima, y eso que no depende de sus habitantes. Tengo unas ganas de emigrar...
Pues majete,ya sabes,emigra.Si no tan mala imagen tienes de tu país no sé por qué sigues aquí.
Pero si Eurovisión te parece una mierda,el deporte te parece una mierda,y todo lo que no te gusta te parece una mierda,me parece que lo vas a tener difícil para encontrar un país que esté a tu altura intelectual.
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