sábado, 25 de abril de 2009

Refrito postelectoral a la gallega (III): comentarios blasfemos sobre el voto emigrante

Un magro consuelo para los socialistas (y “consuelo de tontos”, de algún modo) en la resaca del 1 de Marzo fue el hecho de que el voto de los emigrantes arrebatara un escaño del PP y se lo diera al PSOE. Núñez Feijoo pasaba así, una semana después, de una holgada ventaja de 3 escaños sobre PSOE+BNG a una mayoría absoluta ajustada.

El resultado en la práctica de ese cambio está entre insignificante y nulo (mayoría absoluta a fin de cuentas), pero debemos plantearnos algo: ¿y si la noche del 1 de Marzo el PP hubiera obtenido 38 escaños en lugar de 39? Nos encontraríamos con que una semana después de celebrar la victoria y el cambio de gobierno les hubiera caído un jarro de agua fría y hubieran vuelto a la oposición. El escándalo no tendría precedentes, al margen de quién ganara o quién perdiera: que los gallegos de Galicia hubieran elegido al PP con mayoría absoluta y que unas sacas de correo de allende los mares torcieran la voluntad de los electores de Galicia. Eso no puede ser aceptable.

(quién me iba a decir que iba a estar aquí defendiendo los intereses del PP – claro que hace 4 años esos intereses eran opuestos, y el PP pretendía salvar la mayoría absoluta perdida en Galicia con los votos de los emigrantes – esa gente es así)

No me peguen muy fuerte, señores políticos

Y es que con esto del voto de los emigrantes hay cosas que no entiendo: que unos tíos que llevan décadas en el extranjero puedan tener esa capacidad de decidir unas elecciones (recordemos que en Galicia el censo CERA es cerca de una octava parte del total), votando de una manera muy poco fiable (cuestionada desde hace años son haberle dado una solución)… y que encima todos los políticos los traigan en palmitas. Hay gente votando que no ha puesto nunca los pies en Galicia, pero que cuando hay elecciones reciben visitas de políticos (de TODOS los partidos), que les montan un fiestorro, les llevan unas empanadas y unos gaiteiros y les hacen una queimada, y votos baratos pa’la saca. Total, mira qué bien les tratan a cambio de rellenar unos papelitos y escoger una papeleta. Pocos pubs son tan generosos con las horas felices y las segundas copas gratis.

Lo del voto emigrante de Galicia es UNA PUTA VERGÜENZA, y da igual a quién beneficie, sea PP, PSOE o el Cristo que lo fundó (ese escaño 25 del PSOE me importa más bien poco). Un señor que se fue de Galicia hace 40 años volviendo sólo una semana de vacaciones cada 2 ó 3 años tiene más poder de decisión que uno que, después de estar en Galicia toda su vida, se fue el año pasado a Madrid, Barcelona o Canarias, y se plantea volver en un par de años. Da igual que haya nacido, vivido, estudiado, trabajado, tributado y sufrido a los gobernantes en Galicia toda su puta vida: los hijos del primero, nacidos en América o Suiza y que nunca han pisado Galicia, pueden tener más poder de decisión que él.

He leído que el censo de presuntos gallegos en Argentina ha seguido creciendo desde hace años. Será por las masas de gallegos que siguen emigrando para allá, no te jode… Con esto de ampliar la nacionalidad a nietos y biznietos estamos llenando el censo de tíos que de Galicia sólo saben que es “una zona de España” de la que vino su abuelo hace muchos años, y poco más.

Aquí hay una avería que ningún partido está dispuesto a arreglar, porque no les conviene y porque el que se atreva a plantear esto en público será azotado, arrastrado por las calles y crucificado para escarnio público. Mis opiniones heréticas sobre el voto emigrante me harían ganar la acusación de ser un enemigo de la democracia que quiere arrebatar sus derechos a los hijos de Galicia en el exterior. Pero me consta que mucha gente en mi entorno opina lo mismo, aunque nadie se atreve a plantearlo en los medios de comunicación, y mucho menos en el Parlamento (el político que lo haga se estará suicidando políticamente). La cuestión es tan impopular y se presta a tanta demagogia que posiblemente nunca se plantee, pero no sería extraño que un día no muy lejano suceda lo que planteé antes (si no ha sucedido ya): que el voto exterior dé la vuelta a la tortilla, bien en unas autonómicas o bien en algún municipio (algunos tienen más gente censada en el extranjero que en el propio municipio). Entonces habrá que aguantarse.

Me parece muy bien y estoy a favor de que se reconozcan derechos a los emigrantes y sus descendientes… pero no el de votar, al menos pasado cierto tiempo. ¿Acaso si me voy a Madrid y me quedo 10 años tengo derecho a elegir al presidente de la Xunta o al alcalde de Ourense? Mi idea es que el que lleve más de X años fuera de Galicia (5, 8, 10 si me apuran), pierda su derecho al voto, y ya está (y lo mismo si se van a Buenos Aires que a Madrid). No digo que pierdan la nacionalidad (ni sus hijos); y si les da por regresar que tengan todos los derechos automáticamente (aunque no sé si tal cosa tendría fácil encaje jurídico). Pero mientras no vivan aquí, no deberían poder decidir el gobierno que va a gobernar a los que SÍ viven.

Mientras nadie (nadie con capacidad para impulsar ese debate) tenga suficiente audacia para cambiar esto, seguiremos dependiendo de las sacas de correo para saber si a quién hemos elegido, y seguirán apareciendo señoras que nacieron en el siglo XIX y que no se pierden ninguna votación. De momento "se va a estudiar" (ya se sabe que lo mejor para que un tema no se resuelva nunca es nombrar una comisión que lo estudie) , mientras que la gran preocupación se queda en poner urnas en los consulados y montar guateques en Buenos Aires.

jueves, 23 de abril de 2009

Refrito postelectoral a la gallega (II): ¿Y "Galicia Bilingüe"?

¿Y “Galicia Bilingüe”?

Un asunto que personalmente me tiene preocupado es esta especie de cruzada demencial contra la lengua gallega que ha surgido últimamente y de la que ya hablé largo y tendido en su momento. Durante la campaña el PP se apuntó a ella, diciendo que con el Bipartito el castellano “estaba perseguido” y que el gallego “se imponía a la fuerza”. Ahora, el PP ha ganado y el maligno Bipartito devoraniños castellanohablantes ha sido enviado a la oposición. ¿Ha alcanzado sus objetivos “Galicia Bilingüe”? (“Galicia Pilingui” he visto escrito por ahí) ¿Podrán los preocupados padres castellanohablantes impedir que sus indefensos hijos reciban esas espeluznantes clases en gallego, más allá, si acaso, de un par de horas semanales para que “les suene”?

Sobre este asunto Núñez Feijoo ha mantenido un discurso errático: continuamente apela a la “libertad lingüística”, pero cuando le preguntan si se refiere a lo que “Galicia Pilingui” (me lo quedo) entiende por “libertad lingüística” (“apartheid” escolar, que en la práctica y a la larga lleva a una división de la sociedad en dos comunidades monolingües…) dice que no, que él se refiere “a otra cosa”. Aunque nadie sabe muy bien a qué.

Las palabras “libertad” y “derechos” son muy bonitas y visten mucho cualquier reivindicación, incluso las más absurdas e injustificadas: si te opones a ellas, pueden responderte que estás en contra de la “libertad” (así, en genérico) y que eres muy malo malísimo (a mí ya me lo han dicho alguna vez). Pero ni aún así los “pseudobilingües” consiguen que sus prejuicios y sus fobias pasen por “libertades y derechos”.

¿“Derechos lingüísticos”? No está claro de cómo es eso en la teoría, pero en la práctica lo que plantea “Galicia Bilingüe” es un “derecho a la ignorancia”: reclaman una especie de derecho a que sus hijos NO aprendan una lengua, y a negarse a que les den clases en gallego. Claro que esto tiene un encaje peliagudo con la gran ambición de Feijoo, el “trilingüismo”: gallego, castellano e inglés. El objetivo de Feijoo es que se llegue a impartir un tercio de las clases en inglés. ¿Podremos, como hace “Galicia Bilingüe”, negarnos a que nuestros hijos reciban esas asignaturas en inglés, alegando que eso les causa “traumas psicológicos” a los niños y perjudica su rendimiento académico? (eso es lo que alegan contra las clases en gallego) ¿O es que los “derechos lingüísticos” sólo valen para invocarlos CONTRA el gallego?

¿“Libertad de idioma”? Pretenden que los padres tengan que escoger entre que sus hijos den clase en gallego O clase en castellano, y que según esta elección vayan a clases separadas. En la práctica hablamos de una “libertad para excluir”, porque con ello se impone un falso dilema y se obliga a escoger entre ambas lenguas. ¿Y si quiero que mis hijos estudien ambas lenguas al 50%? ¿Y si quiero un reparto de 60/40, ó de 25/75? ¿Qué hay de mi “libertad de idioma”? Algunos pseudobilingües reclaman un sistema de itinerarios como el vasco, pero… ¿hay alguna sociedad más dividida, por una brecha entre nacionalistas y no nacionalistas, que la vasca? ¿Hay en España un lugar donde las lenguas estén más politizadas que en Euskadi? Y me pregunto: ¿acaso ese sistema de modelos educativos separados por lenguas no tendrá algo que ver con ello? ¿Es eso lo que quieren para Galicia? Ese sistema de itinerarios separados por lenguas es un fracaso de la sociedad que de ninguna manera quiero para mi tierra.

En fin, que no me voy a extender mucho más sobre lo que pienso de las tesis de “Galicia Bilingüe”, pues ya escribí mucho en el post específico (y en sus comentarios). En un país con dos lenguas como Galicia el sistema educativo tiene que garantizar el dominio y la soltura en el empleo de ambas. Estudiar una de ellas con dos horas semanales como si fuera latín o francés, o directamente prescindir de ella, por el capricho de unos padres con prejuicios, es sencillamente un despropósito. Y exigirlo apelando a la “libertad lingüística” tiene el mismo fundamento que reclamar el derecho a conducir por la izquierda, en nombre de la “libertad de circulación” – y además reclamar una red de carreteras aparte.

Pero volviendo a la cuestión, ¿va a conseguir “Galicia Bilingüe” su red de carreteras aparte?

¿Ha ganado…?

“Galicia Bilingüe” lleva dando por saco con sus majaderías desde el Decreto de Normalización del Gallego en la Enseñanza de 2007, pero el PP (al menos el PP de Galicia) les ignoró porque veían claramente que eran unos colgaos… hasta que se acercaron las elecciones.

No es extraño: el caso es que el PP de Galicia realmente está a favor de la normalización. Sí, lo sé: con menos entusiasmo que los nacionalistas, vale; tal vez a regañadientes, de acuerdo, pero a favor a fin de cuentas. No podía ser de otra manera, pues la inmensa mayoría de votantes y militantes del PP gallego son gallegohablantes de toda la vida y muchos de ellos provienen de fuerzas de centro-derecha galleguista absorbidas por el PP (Coalición Galega, Centristas de Galicia… – por eso en Galicia no hay partidos nacionalistas conservadores tipo CiU). La normalización del gallego no es un invento del Bipartito: desde hace casi 30 años los gobiernos del PP en la Xunta (con Albor y con Fraga) han tomado y mantenido medidas por la enseñanza y normalización del gallego, que siempre han contado con el apoyo unánime de las fuerzas parlamentarias: desde la Ley de Normalización Lingüística del 83, hasta el Plan de Normalización de 2004, votado a favor por, entre otros, Alberto Núñez Feijoo (21 de Septiembre de 2004)

(por cierto: de lo anterior se puede deducir la insignificancia de los gallegófobos tipo Gloria Lago y su grupo en la sociedad gallega. Si esta gente ha alcanzado algún eco es por la pasta que manejan y el apoyo recibido del nacionalismo español “Españaserrompe!!!” promovido por ciertos medios madrileños – vamos, la COPE, El Mundo, Telemadrid… medios que llegaron incluso a atacar a Feijoo y al PP gallego por “romper España”)

Sólo fue en Octubre del año pasado cuando Núñez Feijoo decidió romper el consenso sobre la normalización del gallego y acercarse a “Galicia Bilingüe”. ¿Por qué lo hizo? Pues seguramente lo hizo aconsejado desde Génova, para seguir con la estrategia pepesuna de “España se rompe”, para tener algo con lo que montar follón contra el Bipartito (a falta de nada mejor) y sobre todo (creo) para frenar una posible fuga de votos hacia UPyDance. Incluso se puede dar una fecha exacta al giro de Feijoo: el 9 de Octubre de 2008 el PP votó a favor de las medidas de política lingüística de la Xunta Bipartita (entre otras cosillas, jejeje…), como se puede comprobar aquí (contado con gran ira por Libelo Digital). Y 15 días después, alegando noséqué polladas de procedimiento, el PP se desdijo y votó en contra, pero sólo porque “no nos han llamado para negociar el texto final”, aun cuando estaban de acuerdo con el contenido (aquí lo cuenta también Libelo Digital).

Pero aún así Feijoo se mantuvo ambiguo: cuando “Galicia Bilingüe” convocó aquella manifestación en Santiago (*) (que digan lo que digan fue un fracaso de asistencia, comparada con otras manifas en la misma ciudad, y aun trayendo autobuses de fuera de Galicia) el PP se sumó con la boca pequeña: sus representantes no acudieron en nombre del partido, sino “a título individual”. Miren si el apoyo fue tibio, que hasta por ello echaban pestes de Feijoo nada menos que Jomeini Losantos y Luis Herrero (el eurodiputado de la COPE elegido en las listas del PP en 2004), conspicuos representantes de los “defensores de la unidad de España” que tanto bombo dan a los pseudobilingües.

Núñez Feijoo fue listo: consiguió los votos y el apoyo de los pseudobilingües (y sobre todo el de los medios que les respaldaban, que era lo importante – el sector más radical de la derecha estaba esperando que Feijoo se la pegara para lanzar su ataque final a Rajoy); pero no se comprometió con ellos a nada. El precio a pagar fue meterse en un berenjenal a cuenta de la lengua del que ahora tiene que salir... pero eso no va a ser difícil.

¿… o ha perdido?

Que sí, que Feijoo prometió en campaña que derogaría el “Decreto del Gallego”… pero es que Feijoo ha prometido muchas cosas. Basta con echar un ojo a su programa electoral (hacia la página 304). Lo que el PP llevaba en su programa viene a coincidir con lo que ya ha anunciado Feijoo: que el reparto de clases entre castellano y gallego será paritario, al 50%, y que en los niveles infantiles (3 a 6 añitos) se consultará a los padres la lengua a emplear, en una especie de referéndum en cada clase.

Lo curioso de esto es que ambas cosas ya estaban contempladas en el decreto que Feijoo va a derogar: lo del 50% en el artículo 6º y lo del “referéndum” entre los padres en el artículo 7º. Otras cosas que escandalizaban tanto a los "defensores de la libertad" (las comunicaciones oficiales internas en gallego, los equipos de normalización o los requisitos para el profesorado) son cosas que de un modo u otro ya existían antes del Bipartito, y seguramente seguirán (quizás con algún cambio de nombre), porque no creo que Feijoo se cargue todo lo hecho por Fraga (de hecho, tendría que derogar leyes firmadas por Don Manuel). Y por “imposición del gallego y exclusión del castellano” no me viene nada. No habrá nada nuevo: Feijoo, simplemente, va a “acabar” con aquellos “abusos” del Bipartito que nunca existieron, porque no eran más que patrañas inventadas para la campaña. Y es que derrotar a los muñecos de paja que tú mismo te inventas está chupado.

En definitiva, que todo va a seguir igual y el cambio del Bipartito al PP, en política lingüística, será mínimo (como en su momento fue el cambio del PP al Bipartito, y es que de hecho es difícil hablar de “cambios” en este terreno). Queda la posibilidad de que Feijoo incumpla su programa, pero en este caso lo más probable, lógico, útil y barato es cumplirlo; no hacerlo costaría un huevo y desarmaría todo el sistema educativo gallego. Y sin necesidad: las polladas de “quiero estudiar en castellano, aldeanos de mierdaapenas las apoya un 20% de los votantes del PP, y aunque se llamen Corina Porro o Alfonso Rueda siguen siendo una minoría muy minoritaria.

De aquí salen dos noticias, una mala y otra buena: la mala es que se confirma que Feijoo ha mentido y manipulado sobre la “imposición del gallego” por parte del Bipartito y sus propuestas al respecto, porque de hecho nada diferencia su programa de lo hecho por PSOE y BNG (pero bueno, mentir y manipular es la marca de la casa). La buena es que el consenso en torno a la política lingüística se podrá recuperar fácilmente: Feijoo derogará el decreto de 2007 y a continuación aprobará su decreto, clavadito al anterior (cambiarán alguna coma y meterán varios sinónimos para que no cante demasiado, claro). Derogar pa ná es tontería, pero cuando uno ha hecho tanta demagogia con el asunto queda feo desdecirse y algún apaño hay que hacer.

Sic transit Gloria mundi

Hay una tercera noticia, no mala ni buena, sino mejor: los UPeyDeiros y “Galicia Pilingui” se van a comer los mocos. De clases separadas, nanay: Gloria Lago, esa atribulada madre desvelada por proteger a sus pobres hijitos de la “agresión” de esa lengua brutal y primitiva de aldeanos analfabetos llamada “gallego” (ella no pudo salvarse, pero luchará por que sus hijos sí)… lo lleva claro. ¿Ha sido bueno para los pseudobilingües que ganara Feijoo? Si hubiera ganado el Bipartito, podrían seguir con el raca-raca y seguir chupando del bote; si a Feijoo le faltaran escaños para la mayoría absoluta y se los pudieran prestar los hipotéticos diputados UPeyDeiros, podrían tener opciones para su proyecto lingüístico-educativo. Pero, ¡ay! no ha habido suerte: Feijoo ha ganado él solito, y el Club de Fans de Rosa d’Ejjjpaña ha obtenido un demoledor 1,41% de los votos (qué penita pena).

Por supuesto protestarán, patalearán, dirán que Feijoo les ha traicionado… pero deberán afrontar su drama: ya no son útiles. A Gloria Lago se le va a acabar lo de chupar cámara, y no sé si ella lo sabe. Muchos pseudobilingües deben ser perfectamente conscientes de que la verdadera y única razón de ser de todo su movimiento era la agitación política, la propaganda y el desgaste del Bipartito: y muerto el perro bipartito, se acabó la rabia pseudobilingüe. Seguramente un grupo de irreductibles se echará al monte para seguir la guerra por su cuenta, pero no pasarán de ser cuatro colgaos. Lo que eran en la época de Fraga, cuando ya en 1996 advertían de que los niños gallegos ya no sabían castellano. Pero que no desesperen: en un futuro, el PP dejará la Xunta (antes o después), y puedo asegurar que el movimiento “por la libertad de idioma” resurgirá cual ave fénix, con la nueva fuerza que la derecha crispadora le dé.

En fin: que ha ganado el PP y Núñez Feijoo será Presidente de la Xunta, pero como dijo otro ilustre gallego (un tal Franco) “no hay mal que por bien no venga”. El consenso por la normalización del gallego será restaurado, a Gloria Lago le cortarán los micrófonos (y los fondos) y “Galicia Bilingüe” tendrá que vender el autobús y comprarse un taxi. Un taxi Citroën, supongo.

(continuará)


(*) Apéndice: sobre la Manifestación de "Galicia Pilingui" del 8 de Febrero en Santiago

A propósito de aquella manifestación de “Galicia Bilingüe” en Santiago “por la libertad de idioma”… ¿os acordáis de aquel “honrado ciudadano agredido por las bárbaras hordas batasunas gallegas”? Aquel vejete al que le hincharon un ojo, sí, aquél, que decía que él no se había peleado, que fueron los otros los que le agredieron. Todos los medios bienpensantes lo sacaron en portada y prime time para que se viera lo malvados que somos los que defendemos el gallego y lo perseguidos y martirizados que están los que hablan castellano (y eso que a mí nunca me ha pasado nada).

Bueno, pues en esta página de A Nosa Terra hay un interesante vídeo (no he podido incrustarlo aquí) en el que se ve muy claramente (a partir del segundo 31) cómo es precisamente ese señor el que intenta agredir a los otros (siendo contenido por la Policía), y finalmente se escabulle de la Policía e inicia la pelea (segundo 51), aunque su víctima se defiende mejor que él y sale perdiendo.

Yo no me peleé, soy un abuelo de 60 años”, lloriqueaba después ante la prensa, el gilipollas. Ése es el “mártir” de “Galicia Pilingui”, los UPeyDeiros y la PPrensa del Movimiento. Que se sepa.

martes, 21 de abril de 2009

Refrito postelectoral a la gallega (I)

Bien, tras otro largo parón bloguero, vuelvo aquí para actualizar esto un poco. A veces da pereza, la verdad: como decía Albert Monteys en el suyo, a menudo uno se ve obligado a escoger entre duras disyuntivas: ¿me voy al cine o actualizo el blog? ¿me marcho de viaje o actualizo el blog? ¿me toco los cojones o actualizo el blog? En mi caso, lo de actualizar el blog siempre pierde: o cojo un post con muchas ganas, o nada. No sé si como bloguero seré bueno o malo (o peor), pero desde luego vago lo soy un rato.

Antes de continuar con mis paridas es casi obligado que hable algo de los resultados de las elecciones gallegas, ya que hablé de ello antes del 1 de Marzo. Ya sé que han pasado siete semanas, pero como el nuevo Presidente de la Xunta acaba de tomar posesión creo que es buen momento (ya que durante esas siete semanas me he estado tocando los cojones en lo que a bloguear se refiere). Lo que viene a continuación es un refritillo postelectoral de mis comentarios, en las semanas posteriores a las elecciones, en Escolar.net y alguno en Xornal.com. El resultado es un “texto refundido” algo chapucero, adobado con alguna cosilla que he copiado miserablemente de otros o que se me ha ocurrido ahora sobre la marcha.

Para evitar esos post kilométricos que siempre me salen voy a dividirlo en varias partes, que iré publicando a lo largo de esta semana. Debería haberlos ido publicando a lo largo de las últimas semanas, pero es que entre actualizar el blog y tocarme los cojones…

La mierda de campaña de la izquierda y la basura de campaña de la derecha

(a una pregunta sobre el asunto del Audi de Touriño o el coste de sus sillones):
Creo que deberíamos parar de hablar de esto
Alberto Núñez Feijoo, tras ganar unas elecciones hablando de esto.

Pocos días después del 1 de Marzo preguntaban en la SER a un periodista de ABC si le parecía bien esta declaración de Feijoo. El plumilla abecedario, coherente con su línea, respondió que sí, que le parecía bien cerrar el tema. Que tocaba darle un margen de confianza al nuevo Gobierno y hablar sobre sus logros y fracasos en la tarea de gobernante.

Viniendo del ABC esa respuesta tiene mucha guasa: el ABC no se pasó la campaña hablando precisamente de “los logros y fracasos en la tarea de gobernante” de Touriño, qué va. Podían haber hablado, entre otras cosas, de la protección de la costa frente a la especulación, los libros de texto gratis, el crecimiento de la economía gallega sobre la media y el aumento del paro bajo la media como logros, y su descontrol del lado nacionalista del gabinete, el follón del concurso eólico y los retrasos en obras como fracasos. Pero no. El ABC fue uno de los medios que con más entusiasmo y dedicación centró la campaña en el coche, las sillas o el despacho de Touriño (no voy a perder el tiempo recordando los infundios del ABC y refutándolos, simplemente remito a vuesas mercedes a este gran artículo de Ciencias y Cosas, y a este comentario de su autor Andrés Rodríguez en lo de Escolar, que lo resume).

Y la prensa supuestamente progresista no actuó mejor, sino al contrario. A El País y otros medios de PRISA sólo les interesaba hablar de Obama y de Penélope Cruz, y cuando trataban la campaña gallega, lo hacían a remolque de la agenda marcada por los medios de derechas. Por no perder el paso se hicieron eco de todos y cada uno de los bulos lanzados por el ABC, sin ocuparse de desmontarlos como merecían (y no era difícil hacerlo). Lo llevo diciendo hace tiempo: en su nueva política de equidistancia papanatas, El País considera que responder es “rebajarse al juego sucio”. Ha renunciado a denunciar las malas artes y engaños de la derecha y a fiscalizar sus promesas, porque desde que son un “periódico global en español” se creen por encima de esas minucias. Ellos a hablar de Obama y de los Oscars. Y luego se preguntarán por qué bajan las ventas

Touriño subido en un pedestal… para recibir tomatazos

Pero no fueron los únicos: por decirlo rápidamente, Touriño palmó por ingenuo y pretender hacer una campaña “de buen rollo” cuando desde el otro lado tiraban con obuses: “no vamos a rebajarnos a ese nivel” era su consigna de campaña. Desde un pedestal de “dignidad” renunció a mancharse las manos y permitió que los PPedrOjetes de la vida dominaran la información y el cotarro. Por ir de “dignos” te acaban comiendo, y para demostrarlo ahí está Touriño con su “siguiente pregunta”: creía transmitir un mensaje de seriedad, y transmitió uno de arrogancia. Sólo después de haber sido derrotado reaccionó como debería haber hecho, pero como decimos en Galicia, “tarde piaches!”.

Se supone que Touriño pensaba que la gente se iba a informar bien (no, desde luego, gracias a los medios presuntamente “progresistas”) y no iba a prestar atención a esa clase de mensajes. Y la cagó espectacularmente (aunque la negativa de Feijoo a debatir también contribuyó lo suyo): puedo atestiguar que todas y cada una de las conversaciones sobre la campaña a las que asistí estuvieron monopolizadas por esas chorradas del coche de éste, el despacho de aquél, el chalet del otro… Es asombrosa la falta de sintonía entre Touriño (y su equipo, y el del PSOE, dicho sea de paso) con lo que se suele llamar “el sentir de la calle”. En el país en el que triunfan “Aquí hay tomate” y “Salsa Rosa”, Touriño hizo una campaña para los que sólo ven los documentales de La 2. Y he ahí el resultado.

Pero ¿tan nefastos fueron?

Hay algún análisis interesante del día después de las elecciones, como éste de Suso de Toro con el que coincido en líneas generales. En la Galicia del Bipartito ha habido demasiada foto de Quintana inaugurando cosas y llenándolo todo de carteles de “Vicepresidencia” y Touriño ha actuado como una especie de Reina Madre de la Xunta. Ahora bien: me parece un poco raro que ahora de golpe tooodo el mundo vea con tanto claridad los grandes errores del bipartito. Lo que pasa es que a la luz de la derrota, lo que antes eran “ciertos defectillos” ahora se han convertido en “cagadas monumentales y estúpidas”.

Extrapoladas a unas Elecciones Autonómicas, tanto las Municipales de 2007 como las Generales de 2008 (poco menos de un año antes de las autonómicas) habrían dado una reedición del Bipartito, con incluso una bajada del PP. El Bipartito no era tan incompetente, despilfarrador, desunido y arrogante como se lo ha querido pintar y su gestión era bastante buena. Pero desde entonces ha caído sobre nosotros la crisis, y las crisis siempre desgastan al que manda, sea quien sea y haga lo que haga. En mi opinión aquí lo que más ha pesado en las elecciones ha sido la crisis, aunque, hay que decirlo, en Galicia ha golpeado menos: más crecimiento económico en su momento y menos subida del paro después.

Pero esa crisis (menor que la media), convenientemente explotada, ha difundido una sensación de pánico injustificada (Galicia no vive del ladrillo como otros lugares de España), lo que unido a la campaña de insidias de la derecha, y combinado con la pésima campaña de Touriño (dejando pasar todas las calumnias desde lo alto de un pedestal aristocrático), ha generado una ola de desencanto que ha apeado al bipartito, haciendo que sus votantes se decantaran por opciones minoritarias, a modo de “voto de protesta” (para mucha gente el Bipartito defraudó por quedarse corto – yo, por ejemplo, hubiera preferido que a la “Cidade da Cultura” le pusieran un barreno y la echaran abajo, en lugar de intentar “reconducir el proyecto”). Y sobre todo, al final resultó que el “voto oculto” era para el PP: la "falta de sintonía con la calle" de la que hablé antes.

¿Vuelco? No, desplazamiento ligero (pero suficiente)

Pero no debemos llevarnos a engaño con la victoria de Feijoo: mirando los números, tampoco ha habido un vuelco acojonante en favor del PP. Simplemente ha pasado UN escaño del BNG al PP, e incluso los socialistas han subido en mi tierra de Ourense. De hecho, entre el PSdeG-PSOE y el BNG siguen sumando MÁS votos que el PP: la oposición cuenta con más respaldo electoral que el gobierno, caso que antes no se daba y que Feijoo debe tener en cuenta. Como decían en su momento Zapatero o Joan Laporta, “no estamos tan mal”.

La oposición de Feijoo ha sido inoperante hasta hace menos de un año y cuando se han puesto las pilas no lo ha hecho con propuestas, sino con la campaña garbancera de demagogia barata de la que tanto se ha hablado. Se dice en los medios que Feijoo ha ganado porque ha “renovado” el PP gallego, pero no es así. La “renovación” se ha limitado a “cambiar la jeta del que sale en los carteles electorales”; fuera de eso, en Ourense no se han renovado ni los calzoncillos (el feudo de Baltar sigue igual que hace cuatro años y que hace ocho), en Pontevedra continúa Louzán y si no están Cacharro ni Cuíña es porque al primero lo derrotaron en las urnas y el segundo falleció prematuramente. No ha sido la “renovación” lo que le ha dado la victoria (si acaso, la renovación la tendrá que hacer ahora). Y es por esto y lo anterior por lo que pienso que estas elecciones, más que ganarlas Feijoo, las han perdido Touriño y Quintana.

Muchos fanboys peperos están eufóricos pensando que han tomado Constantinopla, que “han arrasado” y que pueden hacer de su capa un sayo a partir de ahora. Se frotan las manos pensando en demoler minuciosamente toda la obra del Bipartito, con la idea de que “Galicia es suya” (“Galicia ha vuelto a su estado natural”, ha dicho Fraga, asumiendo que existe una especie de derecho divino del PP a gobernar Galicia – aunque Fraga ya está muy p’allá). Pero mucho se equivocará Feijoo si asume esas actitudes. Su discurso de investidura ha estado lleno de llamadas al consenso, ofertas de diálogo y el tópico de “ser presidente de todos”, pero eso es lo que dicen todos y está muy manido. Será cuando empiece a actuar cuando se pueda comprobar su actitud y si realmente quiere ser “presidente de todos los gallegos”, porque con mayoría absoluta, aún por los pelos, la tentación de imponer el rodillo (sobre todo en el PP) es muy fuerte.

(continuará)

 
Dejen a nuestros ancianos tranquilos
19A-lomojó